hace un centenario el sabor llegó a Bolivia.

Hace 100 años comenzó la historia del sabor boliviano con la llegada del visionario italiano, Dante Salvietti a la querida región de Los Yungas paceños.

Encantado por la exótica papaya, encontró la forma de concentrar su pulpa para así crear lo que sería una tradición nacional bajo lo que ahora conocemos como “Papaya Salvietti”.

Desde ese momento, nos hemos convertido en sinónimos de historia y familia boliviana a quienes ofrecemos a diario el mejor e inigualable sabor del mercado. Acompáñanos en este viaje de orgullo y emoción por ser la primera gaseosa sabor a papaya.

La Leyenda

Dante Salvietti salió de Italia en 1918, luego de un largo viaje tocó nuestro continente y emprendió rumbo a Bolivia convencido de que allí le esperaba un destino prometedor.

Con espíritu aventurero y luego de mucho viajar, llegó a Chulumani, un lugar abundante en exótica vegetación que resultó idóneo para sus experimentos, fue allí donde entre risas y juegos encontró una fruta tan especial que marcaría la diferencia con cualquier otro refresco por entonces, la papaya de Chulumani, el resultado: la Papaya Salvietti.

Sin embargo, conseguir el éxito no resulta siempre tan fácil y diferentes dificultades obligaron a cerrar la pequeña fábrica que allí había levantado, Dante, sin perder el ánimo y convencido de que había encontrado un sabor único decidió seguir adelante con su sueño.

Salvetti, la historia del
sabor de lo nuestro

Con la convicción de crear un negocio familiar, decidió abrir una fábrica mucho más grande y sofisticada en La Paz, y allí fundar la empresa junto a sus hermanos con la intención de ofrecer gaseosas de diferentes colores y sabores que sorprendieran al público. Es aquí donde comienza la leyenda.

En una fecha difícil de precisar se encontraba Dante dando un paseo para despejar su mente en su lugar favorito al oeste de La Paz, el Bosquecillo de Pura Pura, se dice que se encontraba desanimado por los sucesos que lo llevaron a cerrar su primera fábrica y estaba ensimismado en sus pensamientos, cuando de repente, en medio de una larga caminata y cuando ya empezaba a oscurecer escucho un ruido que provenía de un arbusto cercano, primero pensó que podía ser un animal, una rata tal vez, sonaba como si algo estuviera atorado allí, así que se acercó para ver y al despejar el arbusto fue tal su sorpresa que consiguió a una persona, con un tamaño muy pequeño y todos los rasgos para afirmar que se trataba de un duende, este misterioso ser por algún motivo no podía liberarse por sí solo, así que suplico ayuda a Dante, este duende prometió que a cambio le daría su ayuda, para que cualquier proyecto que se propusiera a realizar se convirtiera en un éxito, así lo hizo y una vez liberado, éste desapareció dejando a Dante con la duda de si lo que acababa de vivir era real o solo había estado soñando despierto, sin embargo los meses pasaron, las ventas subieron y la Papaya Salvietti comenzó a ganarse el cariño de los paceños, quienes nunca antes habían probado un sabor similar, Dante, en agradecimiento decidió incluir al duende en la etiqueta de la Papaya Salvietti que acompañó a la marca hasta 1995. Ahora 100 años después de este encuentro, decidimos honrarlo.